Sucre 180 - Córdoba
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Del 22 de Septiembre al 23 de Octubre de 2011 - Inaugura: 19hs - Entrada: libre y gratuita
Unidad Pentágono
Me complace doblemente presentar esta muestra de Miguel Angel Giovanetti, primero por el resultado que está a la vista y luego porque estoy profundamente involucrado al compartir el proyecto del cual se desprenden estas obras. Desde mediados de 2009 hemos trabajado intensamente sobre la forma del dodecaedro y sus doce caras pentagonales, presentando en dos muestras, en 2011 en la Ciudad de Buenos Aires, variantes de ese cuerpo desplegado en el plano. El origen de la elección de este sólido está en la mención que hace Platón en el Timeo de que constituiría la forma del Universo.
La primera de las muestras “Universos Paralelos” proponía la hipótesis visual del universo desplegado y su dinámica macro y microcósmica. En la segunda, “Fragmentar el Universo”, el dodecaedro se expandía más allá de su forma fragmentándose de diferentes maneras hasta ocupar las grandes dimensiones de las paredes de la sala. Cada fragmento o pentágono todavía hacía referencia a esa pertenencia original al cuerpo geométrico regular.
Hoy en la Ciudad de Córdoba, Giovanetti muestra la independencia del pentágono dejándolo fluir a un sinfín de posibilidades.
Esta figura regular (por tener todos sus lados y ángulos iguales) se aleja abruptamente de la estabilidad cuadrangular y ofrece un dinamismo y una aparente irregularidad al poder moverse en cualquier posición en el plano.
Y es así que el artista aún cuando elabore la composición y pueda elegir uno de los puntos de vista, al mismo tiempo piensa en las posibles rotaciones.
Entonces ya no compone un cuadro sino cinco dentro de uno o más si pensamos en que pueden apoyarse sobre un vértice y otras inclinaciones.
Por eso en “Unidad Pentágono” desarrolla su propia solución del problema plástico suscitado por la figura, eludiendo cualquier estructura que pueda pensarse como previa o generada por las proporciones interiores que la geometría explica. Ni diagonales, ni simetrías, ni proporción áurea son vistas por Giovanetti como punto de partida.
De manera libre el artista se mueve en contrapunto. A la recta del lado opone un juego rítmico de curvas que surgen de la superposición de óvalos pintados en sus intersecciones (un recurso propio de su lenguaje desarrollado también en otras series). Como variante, las reemplaza por
el contorno del mismo pentágono ingresando en el pentágono del soporte proponiendo secuencias de ritmos quebrados. Arriesgando aún más, se anima a calar la superficie y el color se acota a los bordes dialogando con el vacío y sus sombras.
En la serie de collages, las curvas, esta vez también a partir de círculos, se superponen a un riquísimo juego de papeles pintados, recortados y rasgados. El hallazgo de un viejo libro de arte con sus hojas amarillentas proporcionó el papel de base. En muchos casos el color transparente deja ver el texto que late por debajo, en otros es el papel crudo y la línea de lápiz quienes desnudan la imagen al grado máximo de despojamiento.
La elección de distintos tamaños permite ampliar el territorio de la experiencia, la concentración o la expansión de la imagen produce diferentes efectos lo mismo que la cercanía de un pentágono con el otro ya que se pueden conseguir infinitas variaciones al combinarlos.
Pero el protagonista definitivo es el color, desde una mezcla personal meditada, cada matiz domina su superficie y tensiona con los demás vibrando en la retina. Parte de la energía puesta en acción se debe a los contrastes simultáneos, a los planos que los grados de saturación y neutralización abren en el espacio. Mientras que el esqueleto estructural de la geometría sostiene esa dinámica cromática y la potencia.
Si la geometría por su exactitud avanzó sobre el arte con la bandera de la razón evitando la emoción, Giovanetti irrumpe en la geometría desde su propio cuerpo, desde un movimiento a escala humana. Dibuja y pinta desde la imperfecta perfección, desde el gesto vivo que no oculta su origen,
produce ciertos accidentes para abrir una hendidura en la sensibilidad. Y desde allí desparrama sus texturas sobre lo que tal vez se hubiera supuesto plano. La mirada se frena en esta geografía, el movimiento se realenta y se saborea la forma del tiempo, se ingresa en lo profundo; se puede vivir allí.
Y el espíritu regresa energizado, veloz a superar fronteras.
La presencia de la obra de Giovanetti a nivel internacional potencia la novedad de estos trabajos que sólo han sido vistos hasta el momento en Argentina permitiéndonos disfrutar de estas primicias.
Una geometría humana, lejos de las aparentes perfecciones de la máquina o los alcances matemáticos de la computadora. El gran secreto expresado en sus pinturas está en el infalible trazo que no esconde su fractura, metáfora de la condición humana, límite enfrentado a trascendencia, sin poder excluir ni uno ni otra. Pero reluciente.
Lic. Luis Espinosa
Artista plástico, crítico de arte,
expuso en forma conjunta con Miguel Angel Giovanetti
en “Universos Paralelos” y “Fragmentar el Universo”,
dos etapas del proyecto que comparten.