CASA FLORIDA

Si hay algo que sobrevuela en todas las actividades artísticas y prácticas en que se involucra Tomás Barry –desde el músico con herramientas inmensas al tipo que cuelga un cuadro en la pared de la casa de un amigo– es su facilidad por hacer del desorden de los otros un orden nuevo.

Como que logra extraerle el jugo a algo que tal vez otro desperdiciaría. Sí, ve algo que muchos de los simples mortales no vemos. Y cuando se trata de su ojo de fotógrafo, saca a relucir esa marca de los grandes del gremio: hallar poesía donde los otros sólo rescatan piedras.

Sabemos que hace un año comenzó a usar la plataforma del Tumblr como cuaderno de bitácora personal. El joven modelo 80 no tenía intenciones de participar en el intercambio social que la red proponía, sólo necesitaba organizar su material y tenerlo a mano para compartirlo.

Sabemos que poco a poco lo empezaron a seguir diversas personas que replicaron o gustaron de sus fotos, y eso le dio pie para sumergirse en el intercambio diario de imágenes. Esto progresivamente lo impulsó a producir específicamente para “tener algo para subir hoy”.

De eso a volverse un adicto hubo sólo un paso. Es más, reconoció que subió 530 fotos al día de hoy. Sin con esto hablar de demagogia, las 25 fotos que conforman la muestra son las que más likes y rebloggueos tuvieron. Y naturalmente irradian los temas característicos que se suelen destacar en Tumblr.

Volviendo a la tarea en que se ha embarcado Barry detrás de su cámara, es interesante cómo ha hecho de lo intangible, del desperdicio, del hueco no tenido en cuenta, una suerte de voluntad de testimoniar las horas perdidas. De darle luz a eso que no daba la impresión de destacarse sobre el resto. Al ganar identidad, al separarla del trajín imperceptible de la jornada, esa imagen lograda contiene la aventura de la vida misma. El clamor de una dicha nueva.

Gustavo Álvarez Núñez