1.-
Yo no trabajo con lo que veo, trabajo con mis preguntas.
Yo no trabajo con pintura, trabajo con colores.
Yo no reproduzco objetos, los incorporo.
Las luces son sombras necesarias.
Los trabajos de una serie constituyen miradas de una misma pregunta.
Los trabajos van entrando y/o saliendo de una serie a otra, ellos solos se van acomodando y cada vez, en relación a sus compañías ocasionales, adquieren sentidos diversos, formulaciones temporarias.
2.-
No conozco la verdad pero no miento, ni a mí ni a otros.
El arte es como el amor. Nos tiene que inquietar, poner nerviosos, alterarnos.
Me interesa que mi trabajo emocione. No hay que explicarlo, ni interpretarlo, ni comprenderlo. Alcanza con producir un hecho expresivo que duela, o que hiera. No es necesario reconstruir una anécdota.
Me genera conocimiento.
Es necesario percibirse uno mismo, tener preguntas. Reconocerse culturalmente, ideológicamente, políticamente. Preguntarse por sí mismo. Después preguntarse por el otro, por los otros.
Desarrollar una mirada creativa es mirar con esas preguntas.
El artista genera su trabajo para que el otro, los otros, con sus propias preguntas, lo puedan hacer propio, para que completen el trabajo. Que lo hagan propio a través de sus propias preguntas, transformarlo en otro trabajo, distinto.
¿Una definición? Acabaría con mi trabajo.
SF