HOY EN EL ARTE

Cuando buscamos la coincidencia con el otro tratamos de sentirnos iguales: algo se aquieta, pero también algo se pierde.  Si en cambio logramos desdibujar o ignorar las diferencias, si lo que nos convoca es el amor y su obstinación por ser fieles a las voces que llevamos dentro, entonces surge como fruta exótica la aventura de conocer un universo diferente.

Es el amor ante un dibujo lo que nos lleva a preguntarnos cuáles son las fuerzas que deforman la línea, esa línea ideal y perfecta que siempre está deformada. Probablemente sean los sentimientos,  la bestia que llevamos dentro o los mitos que pueblan nuestro mundo espiritual los vectores de esa deformación; deformación que finalmente es el arduo trabajo de sostenerse entre la forma y lo informe, de informar lo amorfo y deformar la forma.

No pretendemos ser una escuela, una agrupación. Somos tan sólo artistas unidos “por amor al arte” que buscamos deshacernos de prejuicios para volver a ser capaces de comprender la simpleza originaria de esta expresión. ¿Qué mejor lugar para intentarlo que el Río de la Plata, cuya identidad consiste en ser de todas partes?