buscar

Av. Libertador 17.426 [mapa]
Tel 4732-2585
Mié a Sáb 11 a 19 hs. Dom 10 a 18 hs.

www.museolucymattos.com [email protected]

Senderos de arte de ayer y de hoy

Adolfo Pérez Esquivel

Del 02 de Julio al 27 de Agosto de 2022 - Inaugura: 15hs  - Entrada: libre y gratuita

 
anterior siguiente
 
 

Un conjunto de dibujos, pinturas, grabados y esculturas realizados desde 1950 hasta la actualidad.

La exhibición, curada por Laura Casanovas, propone un recorrido por los distintos períodos artísticos de Pérez Esquivel, que permiten observar las búsquedas plásticas para expresar sus preocupaciones sociales profundamente humanas. Una selección de cerca de 40 obras sintetizadoras de su trayectoria en las artes visuales.
 
Se exhiben, como describe Casanovas en el texto curatorial, “escenas que vislumbran identidades y culturas, la vida urbana, las luchas sociales, la fe religiosa de los desamparados, la guerra, el límite por momentos demasiado lábil entre vida y muerte, las dictaduras y las desapariciones, las manifestaciones artísticas de los pueblos, la mujer y los afectos familiares”. 
 
Y más adelante, en el mismo texto, precisa: “Los dibujos en tinta, las xilografías, las pinturas en acrílico, acuarelas y las esculturas en bronce, madera, mármol y cemento descubren distintas etapas estilísticas con propuestas plásticas cercanas tanto al realismo como a las vanguardias, sobre todo de raíces latinoamericanas, pero con soluciones formales propias”.  Por último, la curadora opina que en los trabajos de Pérez Esquivel “resuenan ecos del arte moderno rioplatense, de la obra de Antonio Berni y su Juanito Laguna, del muralismo mexicano y del local del grupo Espartaco, entre otros”.
 
En la misma línea, Lucy Mattos, la directora del museo, afirma: “Con un estilo que remite a los matices y conceptos que caracterizaron a los grandes muralistas mexicanos, las pinturas de Adolfo Pérez Esquivel exploran el mundo precolombino de América. Así como David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco trataron de consolidar los ideales sociales creados por la Revolución y cambiar los prejuicios contra los indígenas, Pérez Esquivel elaboró una obra que reivindica la tradición de los pueblos originarios”.
 
A su vez, el artista confirma: “Quiero contar la historia de América Latina. Primero soy artista, después militante. Las dos cosas se funden, todo mi arte tiene que ver con la vida, con lo que realizo y creo que eso es importante”. 
 
Pérez Esquivel ha sido artista desde siempre, si bien su nombre se asocia principalmente en todo el mundo con la defensa de los derechos humanos, la democracia y la no violencia, lo cual le valió el Premio Nobel de la Paz en 1980. “Dibujo y escribo permanentemente. Son lenguajes distintos. A veces entra la palabra y a veces la forma”, comentó mientras se preparaba esta exposición.

TEXTO CURATORIAL

 
En cada hombre late la posibilidad de ser o, más exactamente, de volver a ser, otro hombre.
                                                                                      Octavio Paz, El laberinto de la soledad.
 
Una línea delimita figuras, traza perspectivas, define volúmenes, establece grosores, más veloz o más calma, cerrada o abierta, estilizada o robusta. Seguirla constituye una posible guía para recorrer el presente conjunto de dibujos, pinturas, grabados y esculturas de Adolfo Pérez Esquivel, realizados entre 1950 y la actualidad.
 
Ella permite adentrarse en escenas que vislumbran identidades y culturas, la vida urbana, las luchas sociales, la fe religiosa de los desamparados, la guerra, el límite por momentos demasiado lábil entre vida y muerte, las dictaduras y las desapariciones, las manifestaciones artísticas de los pueblos, la mujer y los afectos familiares.
 
Pérez Esquivel ha sido artista desde siempre, si bien su nombre se asocia principalmente en todo el mundo con la defensa de los derechos humanos, la democracia y la no violencia, lo cual le valió el Premio Nobel de la Paz en 1980. El arte fue una necesidad desde pequeño, que formalizó como estudiante de bellas artes en las ciudades de Buenos Aires y La Plata.
 
Durante más de dos décadas ejerció la docencia en los distintos niveles educativos hasta su desaparición forzada en la Argentina, en 1977, por parte de la última dictadura militar. Tras recobrar la libertad no retomó la enseñanza artística –la dictadura lo había dejado cesante en sus cargos–, pero continuó creando. “Manifestarme a través de las obras es parte de la vida. Tiene que ver con todo lo que hago y pienso”, sostiene.
 
Nunca hubo escisión, en su caso, entre arte y lucha. Los dibujos en tinta, las xilografías, las pinturas en acrílico, acuarelas y las esculturas en bronce, madera, mármol y cemento descubren distintas etapas estilísticas con propuestas plásticas cercanas tanto al realismo como a las vanguardias, sobre todo de raíces latinoamericanas, pero con soluciones formales propias.
 
En sus trabajos resuenan ecos del arte moderno rioplatense, de la obra de Antonio Berni y su Juanito Laguna, del muralismo mexicano y del local del grupo Espartaco, entre otros. Una obra que se expandió, además, en el espacio público con esculturas y pinturas murales emplazadas en instituciones y lugares de rescate de la memoria y de la historia de América Latina y de Europa. “La vida va cambiando mucho y lo lleva a cada uno por otros caminos. Hay que estar atento a esos llamados”, reflexiona el hombre que no duda en ser y volver a ser en su acontecer histórico.
 
La trayectoria artística y de vida de Adolfo Pérez Esquivel propone en todo momento renovados rumbos alentada siempre por un mismo compromiso humano.
 
Lic. Laura Casanovas / curadora
 

NOTAS RELACIONADAS

 
 
Militante perseguido
 
En 1980, Pérez Esquivel recibió el Premio Nobel de la Paz en reconocimiento a su defensa de la Democracia y los Derechos Humanos por medios no-violentos, frente a las dictaduras militares en América Latina. En esa oportunidad expresó que recibía la distinción “en nombre de los pueblos de América Latina, y de manera muy particular de mis hermanos los más pobres y pequeños, porque son ellos los más amados por Dios; en nombre de ellos, mis hermanos indígenas, los campesinos, los obreros, los jóvenes, los miles de religiosos y hombres de buena voluntad que renunciando a sus privilegios comparten la vida y camino de los pobres y luchan por construir una nueva sociedad”.
 
Venía de padecer los más salvajes malos tratos. En 1975, fue detenido y encarcelado por la policía militar de Brasil; en 1976, sufrió prisión en Ecuador junto con obispos y religiosos latinoamericanos y de Estados Unidos. En agosto de 1977, como consecuencia de su defensa de los Derechos Humanos y su apoyo a los familiares de las víctimas de la Dictadura desaparecidos, fue detenido, encarcelado y torturado en Buenos Aires. Puesto a disposición del Poder Ejecutivo, estuvo a punto de  ser sometido a un vuelo de la muerte.
 
Su lucha por la paz y la justicia no tuvo descanso: entre otras iniciativas, fue presidente del Consejo Honorario del Servicio Paz y Justicia de América Latina, presidente ejecutivo del Servicio Paz y Justicia Argentina, de la Comisión Provincial por la Memoria de Buenos Aires, de la Liga Internacional por los Derechos y la Liberación de los Pueblos. También es miembro del Tribunal Permanente de los Pueblos, del Comité de Honor de la Coordinación internacional para el Decenio de la no-violencia y de la paz, del Jurado Internacional del Premio de Derechos Humanos de Núremberg, del jurado del Premio de Fomento para la Paz “Félix Houphouet Boigny” de la UNESCO, y del Consejo Directivo del Instituto Espacio para la Memoria (IEM).
 

ARTISTAS PARTICIPANTES

 
ars omnibus auspician Buenos Aires Gobierno de la ciudad Ley de mecenazgo Itau Cultural Satelital Artebus