El Modelo Tucumán arde
Tucumán arde fue una acción política y artística realizada por un nutrido grupo de artistas en noviembre de 1968 –durante la dictadura de Onganía– a partir de un trabajo de investigación de campo sobre las condiciones de explotación de la población y concentración del capital en el norte de la República Argentina. Consistió en el propio registro estadístico, una exposición presentada en las sedes de las centrales obreras de Buenos Aires y Rosario y diversas acciones publicitarias.
Entre ellas, el texto firmado por María Teresa Gramuglio y Nicolás Rosa, en el que se explicitaba la condición del nuevo arte impulsado por el colectivo: “El arte revolucionario nace de una toma de conciencia de la realidad actual del artista como individuo dentro del contexto político y social que lo abarca. El arte revolucionario propone el hecho estético como núcleo donde se integran y unifican todos los elementos que conforman la realidad humana: económicos, sociales, políticos; como una integración de los aportes de las distintas disciplinas, eliminando la separación entre artistas, intelectuales y técnicos, y como una acción unitaria de todos ellos dirigida a modificar la totalidad de la estructura social: es decir, un arte total”.
Al igual que lo hizo en 2015, cuando trabajó sobre cuatro manifiestos del pintor y muralista mexicano David Alfaro Siqueiros para la exposición “Geometría, acción y souvenirs del discurso insurgente” (Sala de Arte Público Siqueiros, México DF), Alexander Apóstol traspone la estructura lingüística y las propuestas políticas incluidas en el texto de Tucumán arde a través de un teorema matemático, lo que le permite obtener una estructura “científica” mínima, una “base numérica ilusoriamente absoluta”, sobre la cual trabajar en el presente.
El artista incorpora así una serie de variables basadas en datos biográficos de los participantes originales de Tucumán arde –edad, nivel socioeconómico, nivel educativo, filiación partidaria, etc.– y de las obras allí presentadas –cantidad de piezas presentadas, publicadas, destruidas, realizadas en papel u objetos, expuestas en Rosario o Buenos Aires, etc.– que sirven de disparadores para el trabajo con un grupo de estudiantes y profesionales de la UNTREF y Malba.
El proyecto intenta replantear los postulados y el alcance político de Tucumán Arde a través de una síntesis numérica; constatar las vertientes creativas posibles; comprobar la eficacia de una fábrica de reproducción y difusión de ideas; navegar sobre la tensa y ambigua línea que existe entre las responsabilidades del trabajo colectivo y del trabajo individual; y extender la poética de un proyecto de arte político.