Inaugura jueves 3 a las 19 hs.
Gacetilla / La primera retrospectiva en nuestro país del fotógrafo norteamericano Robert Mapplethorpe (Nueva York, 1946 – Boston, 1989), el artista más transgresor y visionario de la fotografía contemporánea. Curada por Anne Tucker, curadora de fotografía del Museum of Fine Arts de Houston (Estados Unidos), la muestra exhibe una selección de 130 fotografías producidas entre 1975 y 1988, provenientes de la Fundación Mapplethorpe de Nueva York, Estados Unidos.
Se incluyen sus famosas series de naturalezas muertas con flores, esculturas, desnudos de hombres y mujeres, imágenes homoeróticas y sadomasoquistas, retratos de artistas y celebridades como Patti Smith, Arnold Schwarzenegger, William Burroughs, Susan Sontag, Carolina Herrera, Louise Bourgeois, Andy Warhol, Annie Leibovitz y Cindy Sherman, entre otros, además de sus célebres autorretratos.
“Su influencia duradera se funda en la amplitud y diversidad de los temas que lo llevaron a crear diferentes series fotográficas; en su haber ido en contra de la corriente contemporánea de fabricar objetos bellos, especialmente cuando aplicaba los cánones de belleza a tópicos que muchos no considerarían bellos; y también en su insistencia en que, para el arte, cada uno de sus temas es tan válido como cualquier otro. Por ello, se negó a convertir sus fotografías de hombres gay, de la vida homoerótica y en particular de la subcultura sadomasoquista en imágenes marginales”, explica Anne Tucker, en el ensayo curatorial de la muestra.
Robert Mapplethorpe es considerado hoy uno de los fotógrafos más controvertidos del siglo XX. Nació y creció en Long Island (Nueva York) y, tras estudiar arte en el Pratt Institute de Brooklyn, comenzó a trabajar con materiales Polaroid, creando imágenes íntimas y únicas de su círculo de amigos y conocidos: artistas, músicos, estrellas del porno y personajes anónimos que visitaban los clubes más underground de Nueva York. En 1975, adquirió una cámara Hasselblad, y a partir de entonces se apartó del estilo “instantánea” de la Polaroid y se dedicó a la creación de imágenes compuestas y controladas meticulosamente, acentuando la belleza formal de sus composiciones.
Esta exposición se centra en la obra madura de Mapplethorpe, en su trabajo posterior al paso de la cámara Polaroid a la Hasselblad. De acuerdo con las preferencias del artista, la curadora decidió mezclar las obras de las diferentes series, sin respetar el tema o la época en que fueron realizadas. “Los géneros que desde hace tiempo se han establecido como aceptables para el arte —retratos, naturalezas muertas, desnudos y flores— se presentan junto a la serie del sexo de tal modo que cada serie puede reivindicar para sí la misma apreciación del público”, señala Tucker.
Junto con la exposición, Malba editó un catálogo de 176 páginas bilingüe español – inglés con una introducción de Eduardo Costantini, fundador y Presidente de Malba; la presentación de Michael Stout, Presidente de la Fundación Mapplethorpe; un ensayo curatorial a cargo de Anne Tucker; una completa cronología biográfica del artista y la reproducción de todas las obras presentes en la muestra.
El único antecedente de una muestra individual de Robert Mapplethorpe en la Argentina es la exposición realizada en la Galería Klemm en junio de 1992. En esa ocasión, se presentó una selección de 24 fotografías de flores, retratos de la fisico culturista Lisa Lyon, autorretratos y desnudos de hombres negros, pertenecientes a la galería Robert Miller de Nueva York. Una vez finalizada la exposición, Federico Klemm compró algunas de las fotografías, de las cuales cuatro están actualmente expuestas en su fundación.
Fotógrafo autodidacta
Si bien Mapplethorpe controlaba el proceso fotográfico desde su concepción hasta su presentación, era reacio a llamarse a sí mismo fotógrafo. Su ambición era mayor. Cuando comenzó a sacar fotos en 1970, los museos que incluían fotografías en sus colecciones eran relativamente pocos, las publicaciones dedicadas al arte no las reseñaban, había sólo un puñado de coleccionistas y las casas de subastas no organizaban ventas de fotografía.
Hacia 1980, Mapplethorpe ya había desarrollado su propio camino estético al margen de las discusiones y debates tradicionales de la disciplina. Para la curadora, “la mayoría de quienes mejor han escrito sobre la obra de Mapplethorpe no provienen del ámbito de la fotografía artística, sino que son curadores, críticos, poetas y novelistas”. Así, por ejemplo, en lugar de discutir si los predecesores de Mapplethorpe son los fotógrafos de las décadas del ‘20 y del ‘30 Edward Steichen y Edward Weston, suelen ser más proclives a citar a Marcel Duchamp o a Andy Warhol. Algunos otros se remontan hasta la antigüedad clásica, como Germano Celant —crítico de arte y curador principal del Solomon R. Guggenheim Museum—, quien en 2004 propuso un parentesco entre las fotografías de Mapplethorpe y el arte clásico, en particular los grabados y esculturas del manierismo flamenco.
Los desnudos masculinos son el tema más recurrente en su obra. Entre sus muchos estudios de la figura humana -para los que utilizó a modelos, amigos y amantes varones- es posible hallar poses directamente inspiradas en la escultura clásica, incluso hasta el punto de colocar a un hombre sobre un pedestal de madera. Algunas de las imágenes más potentes de la serie son interraciales, como Ken, Lydia and Tyler (1985), su versión moderna de las tres gracias.
Otro ejemplo es el de Ken Moody / Robert Sherman (1984), en la que dos cabezas calvas -una negra, la otra blanca- se convierten en siluetas negativo-positivo. “A Mapplethorpe, los hombres negros le resultaban eróticamente atractivos, pero también le gustaba cómo se veía su piel en las fotos blanco y negro: parecida a una pátina sobre una delicada escultura de bronce”, cuenta Tucker.
Entre sus fotos más reproducidas, figuran varios de los muchos retratos que hizo de su amiga, la poeta y música de rock Patti Smith. “Una de esas imágenes, de 1976, muestra a Smith desnuda y sosteniéndose de un radiador en medio de un gran cuarto vacío. Se la ve vulnerable, pero también transmite una fuerza llena de tensión, mientras mira fijamente a cámara”, reconoce Tucker. Un año antes, Mapplethorpe había fotografiado a Smith para la tapa de su primer álbum con una camisa blanca y un saco negro colgado por encima del hombro. Tanto el álbum Horses como su tapa hoy se consideran clásicos. Ex-amantes, Smith y Mapplethorpe siguieron siendo amigos, y él continuó diseñando tapas de álbumes para ella y para otros músicos, como Taj Mahal y Laurie Anderson.
La belleza de la forma
Mapplethorpe es particularmente conocido por sus autorretratos. Realizó más de cien, la mayoría con sus cámaras Polaroid, entre 1970 y 1975. Aún así, salvo las últimas imágenes de la serie, es muy poco lo que se conoce del hombre que posa para sí, más allá de la declaración pública de su homosexualidad. Más cerca de su contemporánea Cindy Sherman, Mapplethorpe elige imágenes legibles, simples, que cautivan al público sin exponer del todo al modelo.
“El autorretrato más temprano de esta muestra es de 1975. El brazo extendido podría leerse como una imitación de la crucifixión si no fuese por la expresión de autoestima y placer de su rostro, que lo convierte en signo de exuberancia”, analiza Tucker. Tres años más tarde, con un látigo en el ano, posó mirando extrañamente a cámara por encima del hombro, mientras sostenía la cola del látigo. Esta imagen desconcertante e infame se incluyó, junto con otras fotografías de actos sexuales explícitos en el Portfolio X, publicado en 1978, junto con el Portfolio Y, de flores y objetos.
En 1980, Mapplethorpe se re-concibió a sí mismo en dos series diferentes. En una, usa lápiz labial, rimel y probablemente rubor, para proyectarse atípicamente como femenino. En la otra, juega con su lado masculino. Está vestido como de costumbre, con campera de cuero, pero en la foto le cuelga un cigarrillo de los labios, en un gesto típico del cine negro. Esa androginia también está presente en la serie de las mujeres físico culturistas Lisa Lyon y Lydia Cheng.
A pesar de haber fotografiado a hombres gay en actos sexuales desde el inicio de su carrera fotográfica, la fusión de la subcultura sadomasoquista, sexualmente violenta, con su estilo maduro, dio origen a una idea propia y duradera. Para la curadora: “Creó un estilo claramente comprometido con la belleza de la forma y la manufactura de la obra y lo llevó a un tema que hasta ese momento se consideraba inadecuado exponer a la luz del día, mucho más en los sagrados recintos de los museos de arte. Si bien uno de los objetivos principales de Mapplethorpe era perturbar al público a fin de sensibilizarlo sobre la cuestión homosexual, también creía en la belleza que se podía encontrar en momentos y partes del cuerpo insospechados”, afirma la curadora.
Polémico y popular
La cuestión del poder es fundamental en la serie del sexo, pero también atraviesa todas las demás. Para el crítico Germano Celant, Mapplethorpe reveló estas relaciones de poder de maneras totalmente inesperadas. Fue capaz de materializar la fuerza y el poder allí donde uno esperaría fragilidad, tal como se ve en sus fotografías de flores. “Esta capacidad de la obra de Mapplethorpe para convocar a un público multitudinario y a la vez provocar fuertes controversias también alude al poder: el poder que tienen estas obras de perturbar e involucrar al espectador”, reflexiona Tucker.
Robert Mapplethorpe murió de Sida en 1989, a los 42 años. Desde entonces, su obra ha sido ampliamente exhibida y difundida en Estados Unidos, Europa y Asia, y diversos ensayistas han evaluado la relevancia de su arte desde perspectivas teóricas diferentes.
“Mapplethorpe fue un artista ambicioso, en el mejor sentido, que luchó no sólo por lograr el reconocimiento y el éxito comercial sino también por dejar un legado perdurable (…) Tanto su vida como su arte reflejaron directa e indirectamente importantes temas sociales y políticos de las dos décadas durante las cuales trabajó, pero su estética fue antitética con el arte de esas dos décadas; y finalmente, que aunque no produjo su trabajo con voluntad de perturbar, tampoco retrocedió ante el efecto que sus fotografías homoeróticas suscitaban en el público”, concluye la curadora.
CV
Anne Wilkes Tucker es curadora de fotografía del Museum of Fine Arts, Texas (Estados Unidos). Estudió en el Randolph Macon Woman’s College y en el Rochester Institute of Technology; recibió su título en el Visual Studies Workshop, departamento de la New York State University. Trabajó en varios museos y universidades, ingresó al Museo de Bellas Artes de Houston en 1976 y actualmente es curadora de Gus y Lyndall Wortham. Fundó el Departamento de Fotografía del museo, área que actualmente cuenta con una colección de más de 22.000 fotografías. Fue curadora de más de 40 exposiciones, la mayoría acompañada de alguna publicación. Contribuyó con sus ensayos en distintos catálogos y publicó varios artículos; dio conferencias en Estados Unidos, Europa, Asia y América latina. Fue premiada con becas de investigación por instituciones como la National Endowment for the Arts, el John Simon Guggenheim Memorial Foundation y la Getty Center. En 2001, la revista Time la nombró “Mejor curadora de Estados Unidos”. En 2006 fue la primera persona en recibir el premio Lifetime Achievement Focus del Griffin Museum of Photography.
Actividades relacionadas con la exposición
1. Visitas guiadas
Miércoles y viernes a las 17:00
Domingos a las 18:00
2. CURSO
Cosmética del Caos. Por Daniel Molina
Las fotografías de Mapplethorpe vistas como máquinas de guerra
Jueves 10, 17, 24 junio y 1 julio, de 18:00 a 19.30. Biblioteca. Costo: $180
Programa
1. De cómo la fotografía se transformó en una de las bellas artes. La imagen fotográfica, de Diane Arbus a Nam Goldin. La movida de los 70 y 80 en Nueva York: la reivindicación beatnik, Warhol, Madonna, Basquiat y Keith Haring.
2. La irrupción de Mapplethorpe: la música de las imágenes. La marginalidad en frasco de lujo: del sexo de las flores. Un retratista serio.
3. Imágenes paganas: el descubrimiento del sadomasoquismo y su lectura no cristiana del dolor. Exploraciones en un territorio que está más allá del principio del placer. El criminal como arquetipo (Entre Wilde, Genet y Foucault)
4. El artista como crítico. La creación de un lenguaje propio, enfrentado al consenso de su época. Homoerotismo y belleza clásica. Una nueva sensibilidad: la exhibición desinhibida.
CV
Daniel Molina. Es escritor y crítico cultural, licenciado en Letras (UBA, diploma de honor). Sus investigaciones se centran en las nuevas tendencias en el arte, la literatura y la vida cotidiana. Desde 1986 dirige el Área Letras del Centro Cultural Ricardo Rojas (UBA). Dicta cursos sobre Literatura Argentina y sobre Arte Contemporáneo.
Ha publicado relatos y ensayos en libros en colaboración. Además ha prologado varios libros. También ha publicado cientos de artículos en diarios y revistas y participado en numerosos encuentros culturales: Fue editor cultural de las revistas El Porteño, Crisis y Fin de Siglo. Durante más de una década integró el equipo de edición del suplemento cultural del diario Clarín. También colaboró con los diarios El Cronista y Página/12. Actualmente publica sus críticas sobre arte en el diario La Nación y sobre medios electrónicos en el diario Perfil y colabora en Clarín y otros medios. De 1993 a 1998 fue Director de Cultura de la Universidad Nacional de General Sarmiento.En 2007 recibió el premio Konex al periodismo cultural en Letras.
3. ENCUENTRO CARA A CARA
A cargo de Ataúlfo H. Pérez Aznar
Miércoles 30 de junio a las 18:30. Sala 5 (2º piso)
CV
Ataúlfo Hernán Pérez Aznar es Profesor de Geografía, egresado de la Universidad Nacional de La Plata. Estudió Historia en la Facultad de Humanidades y Antropología Cultural en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la misma Universidad.
En 1980 fundó OMEGA, primera fotogalería especializada de la Argentina, desarrollando una intensa actividad de difusión de la fotografía a través de exposiciones, cursos y charlas. Ha dictado conferencias en el país y en el extranjero y también ha publicado artículos en revistas y libros especializados. Ha sido miembro de numerosos comités editores de muestras fotográficas. En 1984 fue cofundador junto con otros fotógrafos del Núcleo de Autores Fotográficos – NAF. Ha sido asesor en fotografía antigua y contemporánea en diferentes medios e instituciones.
En 1991 creó el Centro de Fotografía Contemporánea (CFC) que posee un banco de datos especializado en fotografía latinoamericana. En 1996 creó la Fotogalería del Pasaje Dardo Rocha de La Plata, que dirigió hasta el año 2005.
Su obra personal ha sido expuesta en diferentes muestras individuales en Argentina y en el exterior. En 2009 ganó el premio para la publicación del libro “Mar del Plata ¿infierno o paraíso?”. En el mismo año fue curador del libro y la muestra “Gente de mi Ciudad 2000-2009” y forma parte del comité editor de la revista fotográfica latinoamericana “Sueños de la Razón” representando a la Argentina.
4. ENCUENTRO CARA A CARA
A cargo de Fabiana Barreda
Miércoles 7 de julio a las 18:30. Sala 5 (2º piso)