Inauguración de la exposición de Silvio Fischbein, artista visual y director cinematográfico distinguido en Francia con el Premio George Mellies y en Estados Unidos con la beca de la Pollock–Krassner Fundation en dos oportunidades. En el marco de la exhibición, además, se realiza el lanzamiento del libro “Silvio Fischbein: Artista Visual 2”, editado por la fundación mencionada.
La exposición -curada por Federico de la Puente- repasa la trayectoria del artista en cruce con su obra última; integrando sus series en las que se mezclan trabajos escultóricos, instalaciones, videos y ensamblajes de objetos de la vida cotidiana. Ante esta diversidad inclasificable, el artista plantea: “Yo no trabajo con pintura, trabajo con colores. Yo no reproduzco objetos, los incorporo”.
Por su parte, de la Puente precisa que “la producción visual y audiovisual de este artista, en definitiva, plantea un diálogo múltiple. El objeto en cuestión se expande, se contrae, se escurre entre quienes deseamos aprehender la totalidad de su sentido. Esta maquinaria toma una gran variedad de formatos y soportes: objetos ensamblados, collages, audiovisuales, instalaciones, textiles, etc.”.
Y continúa: “En las obras visuales, la textura aparece por la acumulación de elementos (materiales y simbólicos). En las piezas audiovisuales encontramos una narración muchas veces fragmentada. Una imagen que nos interpela, lejana a la idea de ventana transparente. El autor utiliza el plano como un soporte de escritura. Fischbein construye, enumera, yuxtapone, juega con el múltiple y la acumulación para recordarnos lo infinito de los sentidos y lo finito en nuestra mirada”.
A su vez, María Paula Zacharías afirma: “La composición, el color, pero también la trama y la textura son los elementos principales en sus trabajos. Hay una manera de pintar sin gesto, sin pincel, a través de la disposición de los elementos que FISCHBEIN atesora y ordena. (…) Disfruta el hacer. En sus entretejidos, en su laboriosa configuración, en la cuidada terminación, en la paciente espera de toda obra, ahí está su expresión. En el amor con que junta, clasifica y dispone, recorta y fija, protege, enmarca. Y así, con acumulaciones de diminutas figuras escogidas, FISCHBEIN ha delineado un lenguaje con el que habla en su propio estilo. Su obra es reconocible y claramente suya”.