Con curaduría de Daniel Sanchez, se presenta un recorrido por distintos momentos de la producción del artista platense declarado “Pintor Popular” por la Ciudad de La Plata.
El interés de Lido por democratizar el acceso a su obra se mantuvo constante a lo largo de toda su carrera. Los almanaques conviven en las casas de todos aquellos que compran un calendario y, de esta manera, Lido pudo hacer del arte un verdadero hecho popular: “plasmar el símbolo universal que nos represente a TODOS, sin sectarismo ni divisionismo, sin avasalladores ni avasallados; sin explotadores ni explotados. Crear un mundo donde la armonía interna del ser se identifique con el cosmos, porque esa identificación permite la comprensión y cuanto más se comprende más se ama” (Iacopetti, 1973).
Las obras de Lido Iacopetti proponen una nueva imaginación, una búsqueda de un conocimiento esencial y universal. Las señales del tiempo, las nebulosas, la procreación, la luna, el agua, el fuego, el aire, la tierra, los universos, el niño y la paz, el niño y sus derechos son algunas de las tantas ediciones que Lido imaginó para cada almanaque, para cada hogar.