Jesús Marcos – Cuando la razón emociona
El arte se constituye como tal, cuando es capaz de ampliar nuestra experiencia del mundo, y las producciones artísticas son esas “otras realidades”, que muchas veces nos permiten comprender mejor el complejo discurrir de lo que consideramos realidad objetiva.
La conciliación de opuestos (aquel viejo sueño alumbrado por el Ars Magna), el descubrimiento de los universos diferentes que pueden ocultarse dentro de una supuesta unidad, y los vínculos profundos que suelen existir entre cosas aparentemente muy distantes, son experiencias difícilmente alcanzables por la razón, pero naturalmente posibles en la dimensión artística de la existencia.
Así, un sabor puede disparar una infinidad de evocaciones (Proust y sus célebres magdalenas); los sonidos sugerir colores, o las pinturas resultarnos “musicales”... Precisamente esta cualidad de concentrar sentidos y multiplicar experiencias, distingue a la obra de Jesús Marcos como artista total. Plenamente dueño del oficio de pintor, sitúa sus producciones en el preciso cruce entre emoción y razón, expresadas en un vibrante cromatismo, y en una sólida geometría respectivamente.
Todos los elementos específicos del lenguaje visual, concurren a dar forma a obras donde misterio y rigor formal se potencian mutuamente. El preciso andamiaje constructivo de las pinturas de Jesús Marcos, tiene tanto encanto como la sutil sensualidad de su cromatismo. Y las muy estudiadas relaciones tonales, estructuran geométricamente las obras tanto como la contundencia de sus líneas y formas.
Pero aún estando ante “pinturas-pinturas” (es decir, producciones arraigadas en su especificidad disciplinar, conceptual y formal) es inevitable sin embargo experimentar evidentes asociaciones interdisciplinarias. Las estructuras compositivas, articulan su afirmación de la bidimensionalidad en virtud de sabios juegos de poéticas “rimas” formales que se eslabonan a través de toda la superficie. Y acaso la recurrente representación de violines (uno de los íconos por excelencia en la trayectoria de nuestro artista) sea una de las claves que, a manera de guiño cómplice, nos acerca invitándonos a sumergirnos en una lírica y contundente “musicalidad” basada en los ritmos formales y cromáticos que estructuran sus pinturas.
Evocaciones poéticas, musicales… pero ante todo, pinturas. Pinturas que nos devuelven la rica historia de su autor, quien fue conquistando su propio lenguaje, recorriendo experiencias entre su aldea y el mundo. Pinturas que en sí mismas son un elogio de la diversidad y la profunda riqueza del alma, de quien supo nutrirse en caminos compartidos con figuras de la talla de Juan Carlos Castagnino, Antonio Berni, Juan del Prete, Miguel Diomede…
Pinturas reunidas en esta espléndida muestra, que es una celebración de su arte tan pleno, junto al profundo dolor de su reciente partida… Pinturas que sabrán trascender vientos de modas y humanas circunstancias.
Víctor Fernández
Director MBQM