CENTRAL NEWBERY - GALERIA DE ARTE

Estas fotografías son la consecuencia natural del camino estético transitado por Tomás Casares desde hace años, desde su tarea como arquitecto y escultor; y por ello no me sorprende que sea una producción madura y sin estridencias.
La poética de estas imágenes se asienta en la relación dual que él establece entre geometría y emotividad; en un equilibrio inestable con el que insistentemente juega; desde un discurso silencioso y sin exhibicionismo.

Estas fotografías me permiten elegir qué hacer con la mirada, si quedarme en un rincón, o seguir por siluetas y contornos, o detenerme en una textura, o reposar en el silencio de un plano, o caer en un vértigo de ritmos geométricos, continuos, rotos, o sentir el perfume que permite imaginar ese claroscuro, o evocar el frío del viento, o el silencio, o el grito, o... y esto es lo que siempre le pido a una obra de arte, que me despierte el deseo de ver más, de detenerme a mirar.

Es notable en Tomás su vocación por la belleza de lo humano y de la naturaleza que lo modifica, y de cómo ella se transforma por su presencia, y como él (lo humano) deja sus huellas, a modo de señales de lo vivido y que aún vive.
El caos y el orden se entrelazan, a veces claramente, otras de manera difusa, como expresión de nuestra humanidad, siempre al servicio de la emoción como alimento del pensamiento cr itico.

Todos los recursos técnicos de los que él se vale pretenden comunicar simple y profundamente sus ideas.
Tomás Casares es un artista que trabaja por pura necesidad expresiva, por la razón del corazón.

Domingo Beltrán