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Jue a Dom de 12 a 20 hs.

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Explorando la Colección Fortabat | Gyula Kosice

Explorando la Colección Fortabat | Gyula Kosice

Gyula Kosice

Del 23 de Agosto al 07 de Octubre de 2018 - Inaugura: 19hs  - Entrada: $ 100.- Mie $ 50.-

 
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Investigación: Laura Lina Artista invitada: Marcela Cabutti Curaduría: Marina Oybin Producción ciclo de música ExploraFuerte!: Fernando García Coordinación: Jimena Guitart Producción: Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat.

En el año del décimo aniversario de la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat, el proyecto EXPLORANDO LA COLECCIÓN surge con el objetivo de difundir y profundizar el conocimiento sobre las obras de su acervo.
 
El ciclo comprende tres instancias en el año en las cuales se investiga y exhibe una obra de la colección en diálogo con una producción de un artista contemporáneo. Forman parte del proyecto conciertos musicales y actividades para niños.
 
En esta edición se seleccionaron dos obras de Gyula Kosice y, con la curaduría de Marina Oybin, la artista Marcela Cabutti realizó un site-specific para la exhibición.

TEXTO CURATORIAL

 
Universos potenciados
Marina Oybin
 
Exuberantes flores fuera de escala y una exótica fauna de seres antropomorfos, insectos y colibríes gigantes habitan el deslumbrante cosmos de Marcela Cabutti. La artista dio vida a una nueva especie de luciérnagas y libélulas hechas con cristal de Murano, metales y sistemas eléctricos. Investigó y creó con aire y luz: primero, objetos de plástico inflable; luego, de cristal traslúcido. Con cristal soplado, hizo fascinantes gotas gruesas que dan la impresión de flotar, paisajes infinitos, besos, lluvias negras, geometrías del cielo y arqueologías del amor.
 
Artífice de obras con agua y luz, Gyula Kosice comenzó a gestar su sueño espacial ya en 1944, cuando aseguró: “El hombre no ha de terminar en la Tierra”. Fundador de la revista Arturo, el autor del Manifiesto Madí y maestro del arte cinético y lumínico creó una ciudad hidroespacial con sello inconfundible. No sólo imaginó lugares para habitar en las alturas, sino que además mostró y explicó su proyecto con envidiable pasión.
 
Poco importa que resulte inviable poner en órbita una ciudad a mil quinientos metros de altura: pionero, Kosice imaginó desde el arte nuevos vínculos sociales y personales. En las células hidroespaciales, los hidrociudadanos podrán unir sus hábitats (viviendas espaciales móviles y acoplables) con las de otros y, cuando lo deseen, regresar a la Tierra en viaje fugaz: Simbiosis condensa ese sueño que desveló a Kosice.
 
La poesía, la literatura y la ciencia nutrieron a ambos artistas. Kosice se empeñó en validar su utópica polis —aunque no lo logró— con la NASA. Cabutti cursó la maestría en Diseño y Biónica en el Centro de Investigación del Instituto Europeo de Diseño de Milán. Tras explorar en el Museo de Ciencias Naturales de esa ciudad, creó plantas carnívoras. Trabajó con los libri rari: aguafuertes originales de los primeros ilustradores científicos que hicieron clasificaciones de las especies. A partir de grabados de la taxonomía de mil quinientas variedades de murciélagos, hizo sus series Bat y Cielitos.
 
Juntos, los universos hipnóticos de Kosice y Cabutti se potencian. Entre los quinientos lugares imaginados por Kosice para vivir en la ciudad hidroespacial, figuran sitios para experimentar “explosiones de júbilo contenido” y otros donde “establecer coordenadas sentimentales, corporales, copulativas, sexuales y eróticas en levitación sublimada”.
Hay espacio para “la evocación paralela del verbo amar con el fulgurante hidroamor correspondido”, y sitios especiales para “amaestrar el cosmos”, “contar con el arte para arrinconar la verdad” y “sobrevivir en cuerpo y alma al lenguaje deshumanizado”. Va por más con un “lugar improvisado donde el azar es corregido y el absoluto es una quimera”.
 
Quizás el agua cristalizada entre el azul estrellado Kosice se confunda con las gotas de cristal de Cabutti. Basta con imaginar la vida en una cápsula de la ciudad hidroespacial, donde es posible “ser innovador en la interpretación de las burbujas de aire y estar envuelto en ese estado de encantamiento”, en medio de una lluvia de cristales azabache Cabutti, para experimentar una ráfaga intensa. Y empezar a creer en mundos utópicos.

 


 

 

ACTIVIDADES

 

Explora fuerte!
Intervenciones sonoras en la Colección Fortabat
Programador: Fernando García

En la segunda edición del ciclo Explora Fuerte! el dúo electrónico Estupendo presentará un set especialmente basado en la estética de Gyula Kosice. Integrado por Fernando Lamas y Sebastián Mondragón, el dúo es referente de la música ambient en Latinoamérica desde los años noventa. En su utilización espacial del sonido parecen hechos a la medida de las utopías diseñadas por Kosice, en obras como La Ciudad Hidroespacial. En ese sentido, se apuesta a establecer un puente entre dos ideas de
futuro ensayadas desde el arte concreto y la experimentación pop.


23 de agosto 20h
Estupendo

Fernando Lamas: guitarra, programación, teclados, voz, batería, bajo, percusión e imagen.
Sebastian Mondragon: programación, teclados, voz, clarinete, percusión e imagen.

La producción musical del grupo recorre varios estilos, desde la música contemporánea e incidental, a fuerza de collages sonoros concreto-ambientales, pasando por un pop canción sintético e instrumentales electrónico-bailables, hasta la experimentación rítmica y tonal con samplers, sintetizadores, ordenadores e instrumentos acústicos, como otra forma de encarar el collage sonoro desde el rock, el pop y la electrónica.

 
 
Kosice en la Colección Fortabat
Laura Lina
 
Relieve suspendido (1998) es una talla directa sobre plexiglás, material con el que el artista experimenta ya en sus obras de finales de la década de 19401. Si bien es una pieza tardía, continúa con los lineamientos que atraviesan toda su producción: estructuralmente se alinea al planteo del marco recortado desde su formato irregular y la incisión de la luz a través de la cualidad translúcida del material, la cual crea además diferentes juegos de reflexión entre el entorno, el espacio y las distintas texturas que componen la pieza. Por otro lado, y como consecuencia de ese mismo efecto textural y lumínico, se produce una suerte de superposición de planos que parecen contener cierta ilusión de movimiento.
 
Continúa con la ruptura de las formas tradicionales de producir, independizando la idea de relieve con su soporte tradicional parietal y trasladándolo al espacio, expandiendo de esta manera la propia visualidad de la obra. Si bien Kosice utiliza la noción de suspensión en sus investigaciones en torno a la Ciudad
Hidroespacial (que se constituye de por sí como un ambiente suspendido), la idea de un relieve suspendido produce, cuanto menos, una tensión semántica entre ambos conceptos.
 
Kosice no es ajeno a la dimensión poético-conceptual que imprime a través de varios de los títulos (que muchas veces modifica) con los que denomina a sus obras, donde el juego de palabras agrega además otra capa de sentidos posibles.
 
En 1988, el Comité Organizador de los XXIV Juegos Olímpicos de Seúl le encarga al artista un monumento que bautiza como Victoria, y que da inicio a una serie de obras en las cuales indaga en torno a las superficies torsionadas: “Comenzaba mi investigación a través de una superficie laminar recortada según determinadas formas, en general dinámicas. Luego iba doblando dicha silueta plana hasta transformarla en una entidad articulada que albergaba en sí un espacio”.2 “… todo el movimiento estaba confiado a la plasticidad de la superficie que se doblaba, se retorcía y se plegaba sobre sí misma…”3
 
Dentro de esta génesis formal (que partirá de obras monumentales pero que incluye diferentes formatos) puede inscribirse Simbiosis (1997): tres planchas ovaladas dispuestas de manera sucesiva se torsionan e insertan (las primeras dos, de forma paralela, y la tercera, de manera oblicua) unas en otras hasta constituir un todo orgánico, y que presentan, a su vez, distintas oquedades en cada una de las planchas: la primera posee una cavidad ovalada que abarca gran parte de la superficie de la plancha, en la segunda esta apertura se va afinando hasta casi convertirse en una hendidura, y en la última solo pervive esta hendidura estrecha, dando cuenta de este proceso simbiótico y asociativo entre las partes que la componen. Kosice realiza varias versiones de esta misma pieza (algunas en otras medidas y en otros materiales, como el bronce).
 
Desde el punto de vista biológico, los organismos simbiontes que participan de ese vínculo asociativo obtienen un beneficio mutuo. En algunas de sus versiones Kosice llamó a esta obra Simbiosis-encuentro. Quizás ese concepto encierre una de las claves que lo obsesionaron desde los tempranos años 40: cuáles son nuestras posibilidades de vincularnos, de beneficiarnos mutuamente, de construir y habitar un (nuevo) mundo más justo, y por ende, más feliz.
 

ARTISTAS PARTICIPANTES

 
ars omnibus auspician Buenos Aires Gobierno de la ciudad Ley de mecenazgo Itau Cultural Satelital Artebus