Una experiencia visual donde la pintura muta respondiendo a la luz.
Entre lo propio y lo no mío, entre el resplandor y la sombra, entre la ensoñación y la vigilia, entre la imagen y el espejo, en ese punto en el medio, deambula la obra.
Que nos habita? De que están hechos nuestros cuerpos?
Como una serpiente navegando en el cosmos se arrastran nuestros cuerpos infinitos. Cálidos y gélidos como los colores del arcoíris, reptamos en la densa tierra del día hasta la noche y de un tirón la muerte danza la descomposición magnífica de la podredumbre.
Los mundos caducean en un zigzag sincrónico sus frecuentes melodías , las imágenes dialogan , nacen y se constituyen
Atravesado por la punzante pulsión de la vida un cuerpo se hace cuerpo, la imagen manifiesta evidencia la materia.
Hay alguien ahí?