MUSEO DE BELLAS ARTES BENITO QUINQUELA MARTíN

…Silvana crea mundos en cada obra, y esos mundos seductores nos involucran, y nos invitan a entrever lo profundo de la condición femenina.
Las mujeres de sus pinturas, parecen emerger de un onírico universo poblado de símbolos y enigmas, estableciendo un cautivante diálogo visual entre lo manifestado y lo secreto.

Una ajustada representación figurativa de sus emblemáticas niñas-mujeres, contrasta con la gestualidad de los entornos en los que se abisman. Y este contrapunto entre lo icónico y lo plástico (magistralmente resuelto en variantes de textura y riqueza cromática), como en un juego de espejos enfrentados, crea paradójicas relaciones espaciales, y ambiguos sentidos que invierten o cuestionan las percepciones de “realidad” y “representación”.

Figuras femeninas descriptas con objetividad y precisión, pero con un aura de misterio que las vuelve intangibles, y contextos inciertos cargados de profundas resonancias simbólicas, que llegan a parecer sueños materializados.
Juegos sutiles que entrañan una multiplicidad de sentidos, en pinturas que (como apuntara Omar Viola) parecieran originarse a partir de un acto ritual.

Rituales y celebraciones  hechas pinturas, que nos alumbran desde el punto exacto en que vida y arte se encuentran, se enamoran y florecen.

Prólogo de Víctor Fernández, Curador del Museo Quinquela.