La muestra, curada por Cecilia Cávanagh reúne 27 fotografías tomadas e intervenidas digitalmente por la artista, un video, objetos y una instalación.
Cecilia Cavanagh, Directora del Pabellón, expresa que “Zulema Maza, a través de la instalación y del arte conceptual, da forma a reflexiones sobre la situación del mundo actual. En esta muestra la fotografía y el video fotográfico de retratos son un componente característico de su trabajo, que la artista desarrolla, interviniendo la obra, y agregando e intercalando textos, de variada caligrafía, en la imagen. De esa manera, los problemas de la humanidad a los que se refieren, transforma al Pabellón en un espacio de ingenio e incertidumbre, de innovación y angustia”.
La obra de Maza coloca al ser humano como ejes de su exploración y su energía creativa. Retrata el esfuerzo de su trabajo, su dignidad, sus preocupaciones, el orgullo de sus tareas, su familia, su mundo, pero sobre todo los problemas del presente que la conmueven.
En su preciso análisis de la exposición, Cavanagh anota que el “grito de la modelo o la resonancia de la pandereta que toca, reclaman, y hasta suplican, la atención del otro. El encanto de la melodía del violín (…) sugiere una visión interior, que no está presente en el entorno. El negro en la vestimenta acentúa ese alejamiento o introspección, que el gris a su vez evoca con serenidad, pero con ánimos de tristeza e inercia. El revólver en la mano, con la mirada fija y los ojos ennegrecidos del personaje, transmiten atónitos la desprotección en el hogar, la indefensa personal y la violencia en la calle”.
Con montañas de fondo, donde se cobijan las aves rapaces, Maza ilustra con el desierto la desorientación y el agotamiento. A través de barcazas y botes de inmigrantes, entre cruceros transatlánticos y buques de guerra o de carga, la artista se pregunta con ironía cual es la postura del espectador frente a los movimientos migratorios.