Sobre los artistas y su obra
Lara Palma dió un salto sin red
En la vida de los creadores hay momentos claves que hacen a sus evoluciones como tales; a veces son fruto de búsquedas racionales y emocionalmente dirigidas a una meta que se busca con claridad, en otras es "la prepotencia del trabajo" como lo señalara Roberto Arlt, la que conduce a hallazgos imprevisibles.
Quizás en Lara jugó más la intuición, el despliegue de sus impulsos creativos que en un día cualquiera la condujeron a ejecutar ese salto cualitativo con el que nos sorprendió a quienes la conocemos en su transitar plástico. Si no fuera así, ello no cambia el sentido del ímpetu vital.
Obviamente hay conocimientos previos que la habilitaron para la inesperada acción artística, pues no es casual el manejo solvente de manchas y lineas utilizando tintas de color que expande con espontaneidad por la superficie o en ocasiones contrastando con la blanca superficie del papel.
Es el movimiento de la mano y de la mente que coordinadamente controlan el movimiento casual y de allí surgen los paisajes simbólicos que jamás nos conducen a lugares o tiempos reales.
Es en el encuentro entre la contemplación del espectador y la obra contemplada donde surgen o no, reminicensias de sitios, climas, evocaciones de experiencias pasadas o deseos de transitar senderos nuevos o misteriosos.
Son "metáforas de la soledad, de la ausencia" como lo señala la artista.
Raúl Ponce. 2022
Libman recargado
Es difícil encontrar una palabra para definir la obra de Jorge Libman.
Lo palabra más aproximada sería casi. La obra es casi abstracta, pero no deja de remitirnos a imágenes. Es casi collage, pero no es collage. Es casi línea, pero también es casi tramas, casi manchas, casi intersecciones de gestos.
Un casi ordenamiento del espacio que remite a mundos casi naturales, casi físicos. Casi rocas, casi tierra. Casi paisajes enmarañados. Y al mismo tiempo, arquitecturas casi barrocas, frontispicios abigarrados de superpuestas catedrales.
Una fragmentación de la imagen que casi es automatista, pero no llega a serlo. Casi. No piensa en nada al trabajar, asegura, pero organiza la composición, las formas, lo tonal. Hay una búsqueda experimental en cuanto a la técnica, que al mismo tiempo se extiende a la imagen. No quiere poner títulos para no condicionar la mirada.
Y los espectadores, nosotros, desde fuera, creemos casi entenderlo, y siempre se vuelve a escapar. Casi podemos aprehender el sentido, y se vuelve a alejar. Te deja siempre con una sensación de interrogante, de incertidumbre. Y esa dinámica de preguntas, de dudas acerca de nuestras propias percepciones, es el sello Libman.
Florencia Salas