El arte abstracto, desde sus orígenes en tiempos de las vanguardias artísticas del siglo XX ha recorrido un largo camino, que incluye momentos de gran aceptación y otros en que fue estigmatizado por aquellos que lamentaban la pérdida del mundo real.
Sin embargo, en esta era posmoderna los artistas sin dejar de lado las enseñanzas de los grandes maestros (citamos a Kandinsky, Klee y Mondrian principalmente) revitalizan el arte dando su propia impronta.
Como sucede hoy con la obra de Susana von Ueltzen, comprobamos un alejamiento de la representación de la realidad, logrando una imagen pura, refinada, que es resultado de la asociación de su creatividad, experiencia e investigación en el campo de las formas y el color.
Su arte, acompañado de las exigencias del rigor y la armonía de la tendencia abstracta o no figurativa, brinda la posibilidad de observar un conjunto pictórico inspirado tanto en formas geométricas como orgánicas donde la intervención del punto, la línea y las formas sobre el plano, asociados a las infinitas posibilidades del color buscan su propio camino para ofrecernos inéditos juegos visuales.
Al descubrir la fuerza de la simetría, de tensiones y oposiciones que se crean a partir de los elementos que mencionamos también se pone en evidencia las intenciones del Susana, quien como docente privilegia el “enseñar a ver” para que el espectador pueda desentrañar los secretos de la imagen y alcanzar así una profunda experiencia estética...
Sandra Bendayán (curadora)