Fragmento del Prólogo de Jorge López Anaya para el catálogo de la muestra
Alberto Greco
Un extravío de tres décadas
C.C.BORGES marzo 1996
El hallazgo
Según parece, Greco dejó en depósito unas telas, en la casa de unos amigos en la Costa Brava. Años después la casa fue vendida. Sus propietarios encontraron un rollo con telas pintadas y las cedieron a un joven artista para que pintara sobre ellas. Quién sabe por qué, éste pintor español las depositó en su taller. Nunca las necesitó, pero un día descubrió quien era su autor al hojear el catálogo de la muestra de Greco en el IVAM.
Treinta años después de la muerte de Greco, doce de estas telas llegan a Buenos Aires. Su estado de conservación no siempre es bueno, algunas obras han sufrido mermas en la superficie pintada, pero otras están en un estado que casi no parecen haber soportado un olvido tan largo. De cualquier modo, todas merecen atención.
Dos de ellas están pintadas en conjunto con Antonio Saura y fueron dedicadas al asesinato de Kennedy. Existe una foto, tomada en Madrid en 1964, que muestra a los artistas frente a estas telas. Una obra individual de Greco, igualmente, tiene como referente el asesinato de Dallas.
Entre las restantes piezas, algunas pertenecen a sus típicas superposiciones de imágenes y de manchas, de escrituras y de collages, todo ello interceptado por signos y caricaturas, por marcas intencionales o azarosas. Otras presentan su apellido, 'Greco', sobredimensionado, casi como tema único de la pintura.
Asimismo, dos telas conservan en su dorso unas siluetas pintadas con gris y negro. Son los resultados de las "incorporaciones de personajes vivos".
En esa época (octubre de 1963), la prensa española aún titulaba una de sus notas dedicadas a Greco: El primer farsante de la temporada. Además, la encabezaba con un supuesto diálogo:
Que lo encierren en un manicomio! –Grito una mujer
-Que lo metan en una jaula -pidió un obrero que volvía del trabajo,
-¡Gamberro, gamberro! -Coreaba la gente
En 1991, en el IVAM, se presentó la mayor muestra dedicada a Greco, Se la pudo ver; un año más tarde, en el Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires,
Según parece, a Greco ya nadie le grita ¡gamberro, gamberro!
Por López Anaya, Buenos Aires, octubre de 1995
Para el catalogo de la muestra ALBERTO GRECO, un extravío de tres décadas. C. C. Borges marzo 1996