FUNDACION ESTEBáN LISA

La experimentación en el sentido de buscar nuevas dinámicas de expresión es, para estos artistas, una constante que se verifica en la multiplicidad de sus producciones y en el no-encasillamiento de su obra en una disciplina determinada. Las ideas que acompañan el nervioso ojo del artista por el tránsito de lo perceptivo los conducen a materializar obras en el sentido de concretar sus experiencias. Estas realizaciones existen en una situación de no-disociación entre la necesidad interna y la experiencia externa. La experiencia es la que lleva al acto creativo, espontáneo, a obras nucleares y multidimensionales. Cada uno de ellos ha engendrado un código lingüístico propio producto de la racionalización de una imagen del mundo y la sociedad.

La ambigüedad representativa en la obra de Oller oscila entre lo representativo y lo geométrico, en la creación de categoremas morfológicos y otros parámetros perceptivos que le permiten conjugar una obra visual y de concepto.
Hartavi conduce la mirada del espectador a su propio reflejo en estas máscaras que, si en un gesto imaginario el que las observa utilizara, podrían expresar un aspecto de su personalidad a través de la interpretación del personaje que ellas lo indujeran a realizar.
Malfatti recurre a la acumulación y al necesario ordenamiento que distribuye tensiones, logrando que lo bello se encuentre con lo natural.
En Berger aparecen perceptivamente multi-espacios por la superposición de capas que se dejan entrever y por la implícita alusión a la dimensión tiempo sugiriendo lo inestable, el instante, como partícula de un eterno devenir.

Todos ellos son conscientes de la autosuficiencia y centralidad del Arte en un mundo que no busca más anclajes seguros, y permanecen en un inestable territorio creativo donde han desaparecido dogmas y bastiones ideológicos.

Carlos Bissolino