Primera exposición antológica en un museo argentino de la artista Alicia Penalba, compuesta por una selección de sus esculturas abstractas. Se incluyen cuarenta piezas de diferentes series y períodos: totémicas, aladas, monumentales y petits, realizadas durante más de treinta años de trayectoria, desde su radicación en París en 1948 hasta su fallecimiento repentino en 1982. Además, se exhiben en la explanada del museo cuatro esculturas (una alada y tres tótems) concebidos por la artista especialmente para el espacio público. Las obras provienen de importantes colecciones privadas y públicas de nuestro país.
Durante los años 50 y principios de los 60, Alicia Penalba concibió diferentes series de obra: verticales o totémicas, por elementos separados, caracolas, aladas, dobles y formas voladoras. Con estas tipologías experimentó en múltiples repeticiones, ritmos, variaciones y cambios de escala; buscó contrastes entre texturas, brillos y opacidades, lo rústico y lo refinado. También alternó con la materia pesada de la arcilla fundida en bronce o en cemento -que desmaterializó mediante el uso de las resinas poliéster y de las transparencias del vidrio Securit-, y jugó con el resplandor del dorado pulido, el acero inoxidable y la alpaca.
En palabras de Victoria Giraudo: “Trabajar con las manos en la arcilla, e involucrar todo su cuerpo y su mente fue catártico: su obra se convirtió en vehículo de canalización de sus obsesiones. Alicia recurrió a los recuerdos de evasión solitaria de su infancia, a la relación simbiótica que había establecido con la imponente naturaleza de los diferentes lugares que le tocó habitar”, explica la curadora de la exhibición. “Lo mineral y lo vegetal le permitieron espiritualizar simbólicamente su erotismo primitivo y liberarse en formas autónomas y orgánicas que fueron buscando cada vez más el vuelo y la inmaterialidad espacial”, agrega.
Penalba pasó de las primeras maquetas, bocetos y petits, a la conjunción con la arquitectura y la monumentalidad del espacio público, a la vez que experimentó lo milimétrico de las joyas en plata y oro, y reivindicó los objetos de uso cotidiano (tomando su significación de las civilizaciones primitivas).
Resultado de la colaboración con el Archivo Alicia Penalba -que además aportó datos claves para la investigación curatorial-, la exhibición incluye dos vitrinas con porcelanas, joyas, tapices, fotos y documentos, que dan cuenta de su pensamiento y sus procesos de producción. Esta documentación también fue fuente del film documental realizado especialmente para la ocasión por El Pampero Cine.
En el film se dan a conocer las obras de carácter monumental realizadas por Penalba en espacios públicos para sitios específicos como la Universidad de Saint-Gall, Suiza (1963); el Hakone Art Museum, Japón (1969); la MGIC Investment Corporation Milwakee, USA (1978) y la Société Roche Neuilly, Francia, entre otros. Estos trabajos posicionan a Penalba en un lugar destacado de la historia del arte no figurativo argentino, por ser de las pocas mujeres en realizar obra escultórica de escala monumental.
Alicia Penalba. Escultora continúa la serie de proyectos de sala 3 que buscan revisitar la producción de artistas mujeres que por diferentes motivos no han sido suficientemente reconocidas en su época, o cuyo trabajo aún no ha cobrado su real dimensión en la historiografía del arte contemporáneo.